jueves, 28 de junio de 2012

Hola chicos, no hay peor ciego que el que no quiere ver, ni peor sordo que el que no quiere oír.
Cuando un concepto o pensamiento entra en una cabeza dura, nada de lo que digas, con sutilezas o sin ellas, puede hacerle cambiar de opinión.Cuando una cabeza dura se cierra en banda, lo mejor es esperar a que venga el que abre los cocos de la palmera a hachazos.
Está claro que aprendemos a través del dolor y del sufrimiento.
No estamos preparados para ese instante de inspiración divina en el cual vemos con claridad lo que nos corresponde hacer, no lo que nos gustaría. Somos humanos.
Cuando era adolescente creía en la capacidad de cambio del ser humano. Creía que las personas éramos capaces de cambiar. Con el tiempo veo que nadie cambia, para mejor. Los cambios son casi imposibles cuando tienen que ver con el interior de la persona.
Si se pueden cambiar un trabajo por otro, una pareja por otra, un coche por otro, pero es muy difícil cambiar un hábito por otro, o dejar de tenerlo.
Lo que prima es el interés, la intención y sobre todo la motivación. Un ser motivado, es capaz de todo. Mover montañas lo llamaba Jesús.
¿Cuál es tu motivación?¿qué intención y cuál es tu interés?
Si eres una persona positiva y tu conciencia está tranquila y con el deber cumplido, no te preocupes de nada, te digan lo que te digan, tu haces lo correcto.
Siempre es bueno utilizar la vista y los oídos, aunque sepamos prescindir de ellos.
 Que tengáis una buena semana.

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